Marlene,tengo malas noticias:
Tu gato Bob ha muerto.Parece que mi destino se ha cruzado con el suyo.Ya sabes que yo soy ya muy mayor y no puedo caminar más allá de la tienda donde te compraba los bigudís para hacerte la permanente,seguro que recuerdas bien la tienda esa,te encantaba el olor a amoníaco y los cubos de colores del escaparate y siempre decias que algún día le robarias el espejo con luces para ponerlo encima de la cómoda.Ayer a la hora del té llamé a Bob,como siempre,para darle nueces y pan troceado y no apareció,pese a mis incesantes llamadas.Me extrañó pero no fui a buscarle,la tartalera de arándanos se me resbaló de las manos cuando caminaba hacia el sálón y lo encontré tendido encima de la caja de los hilos.Lo cogí,intenté correr todo lo que pude a llamar a Tommy,ese jovencito de la puerta seis,corrí tanto que mi cadera truncó los planes de ir inmediatamente al veterinario de la calle 45.Ahora estoy en el St. Patrick's.No te alarmes,estoy bien,pero en los próximos dos meses no podré ir a llevarte crisantemos cada tarde,pero prometo que cuando me recupere plantaré un girasol cerca de tu corazón,para que nunca se te olvide el día en el que fuimos a escondernos entre los álamos huyendo de Charly y su endemoniado tirachinas y me robaste aquel beso hace setenta y dos años.Después nos sentamos entre los girasoles,mirando embobadas la corriente del rio,¿Lo recuerdas?.Ahora le voy a entregar esta carta al hijo de la señora Lodge,que comparte habitación conmigo.Es un chico muy amable y me hará el favor de leertela.¡Creo que haria buena pareja con Sindy!
Aún rezonga y se queja de tu ausencia,pero sigue latiendo por las dos.
Agnès